Comer bien, comer menos.

Párrafo extraído de:
La ira - El dominio del fuego interior.
THICH NHAT NANH

Cuando comemos bien, podemos comer menos. Sólo necesitamos la mitad de la comida que ingerimos a diario. Para comer bien hemos de masticar los alimentos unas cincuenta veces antes de tragarlos. Cuando comemos lentamente y masticamos la comida hasta convertirla en una especie de líquido, nuestros intestinos absorben mucho más sus elementos nutritivos. Si comemos bien y masticamos la comida a conciencia, obtenemos más elementos nutritivos que si comemos mucho pero sin digerir bien la comida.
Comer es una práctica profunda. (...)

Los alimentos.

Quiero compartir esto contigo:
En muchas ocasiones, cuando nos sentamos a la mesa a disfrutar de nuestro manjar, olvidamos tener en cuenta infinidad de cosas importantes. Con esto, no digo que de forma obsesiva, tengas que estar constantemente pensando en qué haces o qué hay detrás de ello. Simplemente me voy a referir con lo que te voy a explicar, a ir más allá de nuestros meros actos casi robóticos.
Me identifico contigo, porque he pasado por ello. Muchas veces (por no decir absolutamente todas) me sentaba a la mesa y engullía lo que tenía en el plato. Muchas veces esto ocurría por falta de tiempo (ese gran problema en la sociedad) o por mera ansia. Desde aquí, me gustaría compartir contigo (como decía en líneas anteriores) que poco a poco, cambies tu forma de ver la comida. Poco a poco, siente su presencia y lo que te va a aportar.
Te voy a poner el ejemplo de disfrutar de una deliciosa manzana: En ella existe todo un universo, ha necesitado lluvia, días claros con un sol espectacular, las estrellas de la noche, la luna. Ha necesitado la mano del hombre que la ha recogido, ha viajado desde su hogar que era el árbol hasta tus manos y en ellas, está todo lo que te he nombrado anteriormente: la vida. Disfruta de ese alimento. Cuando lo comas mastica con delicadeza cuantas veces necesites (y si son más, mejor que mejor). Despierta la saliva, tus papilas gustativas, tu estómago, tus órganos internos que favorecerán la absorción de esos nutrientes que muchas veces, no contemplas y que sin embargo te mantienen vivo.
Muchas veces, el ser humano da por sentadas muchas cosas, se fija en lo bonita que está la casa (plano material) y no se fija en cómo está su casa interior (plano espiritual).
Cuando poco a poco pones en práctica esta parte de ser consciente de lo que tomas, sin darte cuenta aprendes a sentir esa esencia en el alimento. No hace falta pensar en ello porque simplemente, forma parte de ti.
Cuando te sientes a comer, te invito a que reflexiones respecto a todo lo que hay en el plato (arroz, pasta, tomates, lechuga...). Piensa en todo lo que hay detrás de esos alimentos y agradece poder disfrutar de ellos.
Practica la parte consciente de la alimentación. Espero que la disfrutes.
Con cariño, Beatriz.